La Tierra de
Pinares es una extensa comarca natural repartida entre las provincias de
Segovia, Ávila y Valladolid, sobre la que se extiende una importante cubierta
forestal integrada por pinares piñoneros y resineros naturales, asentados sobre
amplias extensiones arenosas.
La continuidad y proximidad de estos pinares y la relativa homogeneidad
climática que soportan, justifican su tratamiento conjunto como la región de
procedencia Meseta Castellana para Pinus
pinaster (Alía et al., 1996) o Meseta Norte para Pinus pinea (Prada et al., 1997). Sobre la superficie desnuda de
estos suelos arenosos se han llegado a medir 60°C, temperatura que aparece con
más frecuencia en los terrenos rasos, lo que dificulta la regeneración natural
bajo estas condiciones.
La
disponibilidad de semilla de Pinus pinea
por sus buenas fructificaciones, pese a su vecería, nunca ha sido un factor limitante
para condicionar las cortas, por lo que desde un principio, se consideró la
regeneración natural fácil pero incapaz por si misma de permitir la reproducción
de las unidades dasocráticas muy pobremente pobladas (Allué et al., 1995). Por lo tanto, la marcha
ordenada de muchos de estos montes se vio considerablemente entorpecida por las
dificultades de regeneración (Suárez et al., 1999, Ceballos y Allué, 2001); se
hizo necesario sustituir las cortas a hecho por las de aclareo sucesivo
uniforme y recurrir a la regeneración artificial. La primera consecuencia
derivada de las dificultades en la regeneración, fue que los períodos de
regeneración se prolongaron más allá de los 20 años, llegando a duplicarlos en
los casos más difíciles.
Se ha
constatado como las raíces del pino piñonero son capaces de romper el horizonte
impermeable para aprovechar el agua freática a 2,5-3,5 m de profundidad. En la
actualidad, cuando se producen dificultades para la regeneración natural, la
especie elegida para plantar es pino piñonero, por considerarse más adaptada a
la sequía (Gandía et al., 2009) y,
además, por el actual interés de su aprovechamiento de fruto dado el valor del
piñón como fruto seco.
Por otro lado,
la regeneración natural de Pinus pinea
L. en los arenales de la Meseta Castellana no se está consiguiendo de forma
satisfactoria en la actualidad, pese a la aplicación de las normas de
selvicultura tradicionales. Esta limitación puede comprometer la sostenibilidad
en la gestión de estas masas, obligando, además, a recurrir a siembras y
plantaciones. Dichos métodos de regeneración artificial, por su elevado coste
económico, tratan de evitarse en estas masas mediterráneas, pues el futuro de
las mismas radica en buscar el tratamiento adecuado que garantice una viable regeneración
natural.
La regeneración
natural permite la continuidad espacial y temporal de una masa forestal. Dicha regeneración
comprende la sucesión, en el tiempo, de una serie de fases que abarcan desde la
fecundidad del adulto; la producción de fruto y dispersión de las semillas; la
predación pre- y postdispersión de las semillas; su germinación y nascencia; la
supervivencia y crecimiento de las plántulas en los periodos iniciales (más
críticos para la supervivencia) y durante los años posteriores de consolidación
de su permanencia, hasta alcanzar el estado de monte bravo. El desarrollo de
estas distintas fases y la consecución de las mismas se ven muy influidos por
los factores ambientales (ej., luz, temperatura, agua) (Smith, 1986; Matthews,
1989), al que se unen la multiplicidad de factores de clima (p. ej., déficit de
la presión de vapor atmosférico) y suelo (p. ej., nutrientes minerales, textura)
y la concurrencia de otros seres vivos presentes (competencia inter e
intraespecífica, facilitación y predación).
Los principales
“cuellos de botella” de la regeneración de Pinus
pinea son: vecería regulada por factores climáticos, falta de dispersión de
la semilla fuera del área de influencia de las copas, alta tasa de predación
invernal, ausencia de germinación en otoños fríos y mortalidad estival durante el
primer verano con mayor incidencia fuera de la zona de influencia de las copas.
La aplicación
de cortas intermedias fuertes al
objeto de favorecer la producción individual de piña ha conducido a que las
masas de Pinus pinea presenten
densidades demasiado bajas para su edad de madurez, lo que impide la adecuada
dispersión de semilla sobre el total de la superficie. La aplicación de fuertes
cortas diseminatorias ha agravado el problema.
La semilla del piñonero es más grande y
pesada, con menor posibilidad de dispersión y más afectada por depredadores (roedores). Sin
embargo el pino piñonero parece ser más rústico que Pinus pinaster, especie con la que cohabita en la zona. A favor de
este argumento está la mayor edad que alcanza el piñonero, lo que le permitiría
superar periodos más largos sin regeneración de la masa adulta y la mayor
capacidad de colonización que tiene Pinus
pinaster por su semilla alada, que desplazaría con facilidad al pino
piñonero si las condiciones del lugar le son más favorables.
Son escasos los estudios sobre la regeneración natural
para este tipo de especies mediterráneas cuya problemática es evidente y
multitud de estudios en pináceas con climas boreales o templados cuya extrapolación
de resultados no es aplicable. Actualmente, se están llevando a cabo numerosos
estudios en el ámbito mediterráneo para el piñonero, por lo que esta situación
puede cambiar en pocos años.
La pérdida de
potencial reproductivo producido entre la producción de semilla y el
establecimiento de los regenerados es ocasionada por multitud de factores
variables y específicos a cada lugar de establecimiento, por lo que se requiere
la realización de estudios en lugares concretos. Por otro lado, hay factores climáticos
y edáficos homogéneos y comunes a grandes extensiones de territorio que también
limitan dicho potencial reproductivo.
Últimamente hay
que prestar especial atención al cambio
climático que, propiciado en parte por el aumento en la concentración de CO2,
está causando cambios en el régimen de lluvias y un aumento de las
temperaturas.
Algunos
aspectos climáticos, como largos
periodos de sequía combinados con altas temperaturas, lluvias muy intensas en
cortos periodos de tiempo, heladas en una época inusual, nevadas más escasas o
precipitaciones irregulares están complicando la regeneración natural de
especies mediterráneas.
Muchas
masas se encuentran sobre un suelo
de carácter silíceo y textura
arenosa con escasa retención de agua y poca fertilidad,
en los cuales pocas especies son capaces de sobrevivir, lo que hace pensar que
será aún más complicada la regeneración natural en dichas áreas.
Por otro
lado, se ha favorecido la producción de
piña de Pinus pinea mediante la
puesta en luz de los tramos en destino, pero dado el intenso aprovechamiento comercial del fruto, lo
que supone retirar la fuente de semilla del monte, en determinados montes con
dificultades para su regeneración, se hace necesario acotar el fruto para que
este factor no sea limitante. Esto hace que muchas veces se genere un conflicto
de intereses con las personas que se dedican a la recolección y transformación
del piñón.
La pérdida de la
rentabilidad de estas masas, conlleva una reducción
de inversiones en las mismas, de tal forma que no se pueden llevar a cabo
las acciones selvícolas pertinentes para mejorar el periodo de regeneración. Es
difícil establecer una pauta fija o esquema de aplicación de las cortas
liberatorias-aclaratorias que conduzca al éxito del regenerado, debiendo de
adaptarse a su evolución en cada rodal, de tal forma, que en muchas casos, se
precisan de claras o cortas de regeneración cuyo volumen maderable no resulta
rentable.
Factores que influyen en el regenerado:
Condiciones de luz. Influencia de los
huecos naturales
Condiciones del micrositio. Las
condiciones del micrositio pueden ser de gran importancia para el
establecimiento del regenerado, jugando un papel fundamental para determinar el
éxito de la regeneración.
Dinámica espacial del regenerado:
influencia de patrones de disponibilidad de recursos, que varían espacial y
temporalmente.
Impacto de herbívoros: control del
ramoneo en el espacio y en el tiempo para evitar que dañe al regenerado y a la
vez regule la cantidad de matorral y herbáceas.
Estrato arbustivo y herbáceo. Existe un
balance dinámico entre competencia (por luz,agua,nutrientes) y facilitación
(efecto nodriza).
Fuego. Desarrollo de estrategias
específicas frente al fuego, como la serotinidad.
Sequía. Es uno de los factores
determinantes en el éxito de la regeneración. En periodos de sequía cobra
especial relevancia la competencia que
pueda haber con los arbustos.
Tratamientos selvícolas: El aclareo
sucesivo presenta numerosas ventajas frente a las antiguas cortas a hecho. Es
importante que la densidad de árboles padre sea adecuada. La corta y la posterior saca de la madera de
coníferas pueden tener efectos muy negativos sobre la supervivencia de la
regeneración avanzada (Stokes et al., 2009).
Plagas y patógenos.
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